¿Tenía realmente razón la Biblia?

• Hay quien se acerca a la Biblia como si fuera un libro de historia. Otros la leen como si Dios mismo la hubiera dictado palabra por palabra. Y luego están los que prefieren no leerla en absoluto. Francisco Martins, SJ, propone una vía más interesante: tomar en serio la Biblia, pero sin trampas. Con rigor, con método, con preguntas incómodas. Analiza las fuentes disponibles —textos, hallazgos arqueológicos, inscripciones antiguas— y las somete a prueba. ¿Qué nos dicen realmente? ¿Qué podemos reconstruir con certeza? ¿Y dónde comienza el relato teológico? Es un ejercicio honesto, que exige dejar de lado prejuicios y acercarse a los textos con preguntas abiertas.
• Los relatos del Éxodo, la conquista de Canaán, la monarquía de David y Salomón o el exilio en Babilonia han moldeado la identidad del pueblo de Israel. Pero, ¿qué hay de historia en ellos y qué pertenece al terreno de la memoria? Martins reconstruye con precisión el contexto social, político y cultural en el que se desarrolló el pueblo de Israel. Su pretensión va más allá de querer desmontar la construcción mitológica sin más, sino entender cómo nació, qué sentido tuvo en cada momento y qué nos dice hoy.
• A veces olvidamos que la Biblia no es una crónica real. Los autores bíblicos no escribían con el objetivo de hacer una reconstrucción exacta de los hechos, sino de dar sentido a la experiencia de su pueblo.  Por eso la Biblia es también un ejercicio de memoria. ¿Qué ocurrió realmente en los tiempos de Moisés? ¿Cómo surgió la idea del pueblo elegido? Martins desentraña cómo la Biblia transforma el pasado en identidad, cómo mezcla hechos y significado, historia y fe, datos y poesía, y cómo sus relatos nos ayudan a entender no solo lo que ocurrió, sino lo que aquellos que lo contaron querían transmitir.
• El libro de Josué describe la conquista de Canaán como una victoria fulminante, con Israel arrasando ciudades y tomando posesión de la tierra prometida. La arqueología, en cambio, sugiere que las cosas fueron bastante distintas. Lo mismo ocurre con el esplendor del reino de Salomón, o con el papel de Babilonia en la transformación del judaísmo. Martins plantea una pregunta clave: ¿Dios actúa en la historia tal como lo narran estos textos, o su presencia es más sutil, más compleja, más difícil de encerrar en relatos épicos?
• Nos han enseñado que Israel fue siempre monoteísta, que Yahvé fue el único Dios desde el principio. Pero la realidad histórica es más compleja. La arqueología ha encontrado rastros de un pasado en el que Israel no era tan diferente de sus vecinos, y donde la creencia en otros dioses estaba todavía presente. ¿Cómo se pasó de ahí al monoteísmo absoluto? Martins explora ese proceso, mostrando cómo la fe no surge de un momento de iluminación, sino de un camino lleno de tensiones, conflictos y transformaciones.

En resumen, este es un libro para quienes no se conforman con respuestas fáciles. Para los que creen que la fe y la historia pueden conversar sin miedo. Para los que no necesitan que todo sea blanco o negro. Para los que quieren entender la Biblia sin prejuicios, pero tampoco con ingenuidad. Porque leer la Biblia con inteligencia no es perder la fe: es aprender a mirarla con más profundidad.