Si alguna vez has sentido que no encajas, que todo va demasiado rápido y que te falta algo esencial, el libro «Lo primero es pertenecer a Dios» de Austen Ivereigh tiene mucho que decirte. Es un libro que mira de frente esa crisis de pertenencia que vivimos hoy, ese vacío que, aunque no siempre lo pongamos en palabras, nos afecta a muchos.
Ivereigh nos sitúa ante un problema que parece simple, pero que es profundo: nos sentimos desconectados, tanto de nosotros mismos como de lo que nos rodea. Nos movemos en una sociedad donde lo inmediato y superficial lo dominan todo. El resultado: vacío, ansiedad y una búsqueda constante de algo que nos devuelva la esperanza.
Su propuesta es clara: volver a lo esencial. Y lo esencial, según Ivereigh, está en recuperar tres formas fundamentales de pertenencia:
Primero, pertenecer a Dios. Aquí no hablamos de religión en abstracto. Hablamos de redescubrir que nuestra vida tiene un sentido más profundo, que no estamos aquí solo para sobrevivir o conquistar el mundo. Somos parte de algo más grande. No estamos solos ni aislados; hay un propósito que trasciende nuestro día a día.
Segundo, pertenecer a la creación. Ivereigh lo llama “ecología de la misericordia”. Cuidar el planeta, reconocer que todo está conectado, y romper con esa mentalidad de usar y tirar que tanto daño ha hecho. No es solo cuestión de proteger el medio ambiente, es entender que vivimos en una relación de interdependencia con todo lo que nos rodea.
Y finalmente, pertenecer a los demás. El autor nos lanza una invitación: construir juntos una «nueva arca». No es solo una metáfora. Es una llamada a unirnos para enfrentar la crisis ecológica, pero también la crisis de relaciones, de solidaridad. No podemos hacerlo solos. Necesitamos incluir a todas las criaturas, a los más vulnerables, y dejar atrás el egoísmo y la división.
El libro está diseñado como un retiro de ocho días, inspirado en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola, con la sabiduría del Papa Francisco como fondo. A través de este retiro, Ivereigh te invita a reflexionar, rezar y encontrar claridad. Todo está estructurado para que puedas hacerlo a tu ritmo, paso a paso, sin prisas.
Es un camino de transformación personal, pero también una propuesta para vivir de forma más consciente, en conexión con lo que de verdad importa.