Presencia ardiente

En esta nueva entrega nos presenta tres impulsos que se han ido consolidando con la práctica. Son como tres rampas de acceso a un encuentro del que nadie puede disponer. Una puede consistir en bucear en los propios anhelos, en los deseos hondos que nos conectan con las fuentes de la vida. Otra se nos presenta inopinadamente en plena calle, cuando en una persona o situación descubro un fuego sagrado que me fuerza a descalzarme. O bien, finalmente, dar espacio al ardor que ha brotado en mi propio corazón y que me da una perspectiva distinta de lo cotidiano. Quien se ponga en camino siguiendo sus indicaciones, podrá aprender a sentir la cercanía de Dios, dando amplitud a su propio horizonte.