¿Es un crimen nacer niña?
En la tranquilidad de nuestra casa, rodeados de comodidades que a menudo damos por sentadas, es fácil olvidar que se despliegan más allá de nuestras cotidianidades. Y no es necesario ir muy lejos para enfrentarse a ellas. Sin embargo, hay voces valientes que se atreven a romper el silencio y mostrar al mundo lo que muchos prefieren ignorar. Es el caso de Dominique Sigaud, quien a través de su libro «La maldición de ser niña», descorre el velo de una triste realidad que viven millones de niñas en el mundo.
No, este no es un libro para disfrutar en una tranquila tarde con una taza de café en mano. Es todo lo contrario. Es una tormenta, un despertar abrupto que te saca de tu zona de confort y te enfrenta a historias que duelen, que indignan, que exigen justicia. Cada año, cientos de miles de niñas no llegan a nacer simplemente por su género, una de cada cinco niñas sufre violaciones antes de los 18 años y millones de niñas son mutiladas, casadas a la fuerza o incluso asesinadas.
Sigaud no se anda con rodeos. Cada dato es un puñetazo a la complacencia, cada historia es un testimonio del dolor que significa nacer niña en muchos rincones del mundo. Las cifras son más que números, son vidas, son futuros robados, son sueños truncados. Todo el libro es crudo, pero es inmensamente necesario. Nos empuja a abrir los ojos, a sentir el peso de la responsabilidad que recae sobre nuestras conciencias al descubrir esta realidad.
Pero más allá de la crítica, el libro propone una misión. No se trata solo de leer y olvidar, se trata de leer y actuar. Se trata de convertir esa conciencia en un motor de cambio, de entender que la indiferencia es cómplice de la injusticia. Esta lectura nos reta a mover la indignación más allá de las páginas, a llevarla a nuestras comunidades, a nuestras conversaciones, a nuestras acciones. Se convierte en una inspiración para luchar por un mundo donde cada niña tenga el derecho de vivir libre de miedo, de violencia, de discriminación.
En un mundo que avanza a pasos agigantados, la ignorancia es una elección. Y Sigaud nos ofrece una oportunidad de elegir la verdad, por dura que sea, y actuar en consecuencia. “La maldición de ser niña” es un desafío, es un grito de esperanza que resuena en la conciencia. Es un recordatorio de que la lucha por la justicia comienza con la valentía de enfrentar la realidad, por más dolorosa que esta sea. Por eso hay que leerlo.
