¿Podemos, como personas de fe, estrechar la mano de Darwin y su teoría de la evolución? ¿No son la ciencia y la religión como el agua y el aceite?
La selección natural de Darwin supuso un antes y un después en la historia de la ciencia, y cuestioó las ideas creacionistas hasta sus cimientos. Es un proceso basado en la variación genética e influido por mutaciones aleatorias. Esta teoría provocó un verdadero terremoto en el mundo de la ciencia y la religión, y todavía hoy se siente su impacto.
Pero, ¿qué significa Darwin para nuestra fe? ¿Es enemigo o aliado?
El enfoque evolutivo que Darwin propone en «El origen del hombre» ofrece un contrapunto científicamente validado a la teoría persuasiva del Diseño Inteligente, propugnada por Paley y Bell. Estos últimos sostenían que ciertos aspectos del universo y de los seres vivos se explican mejor por una causa inteligente, en lugar de un proceso no dirigido como la selección natural. Sin embargo, esta teoría, al entrelazarse con la teología cristiana, proyecta la imagen de un Dios «diseñador» capaz de concebir desastres, dolor y maldad de forma premeditada.
A pesar de que algunos ven la teoría de la evolución y la fe como antípodas, la realidad es que no tienen por qué serlo. La Iglesia Católica, por ejemplo, ha declarado que la evolución biológica es compatible con la fe cristiana, tal como se recoge en la encíclica Humani generis de Pío XII. Ciencia y fe pueden coexistir, dado que exploran distintas facetas de la verdad.
La respuesta que da Francisco J. Ayala en su libro póstumo «El regalo de Darwin a la ciencia y a la religión» es un rotundo sí. Ayala nos invita a ver en la confirmación empírica de la evolución no una amenaza, sino un obsequio que puede enriquecer profundamente nuestra visión religiosa.
Ayala, que ha dejado una huella indeleble en el mundo de la Biología evolutiva, se embarca en una misión: desmontar los mitos y confusiones que han sembrado dudas y conflictos en torno a la evolución. Nos muestra que lejos de ser un proceso aleatorio e inescrutable, la evolución es un desarrollo gradual e incremental, resultado de la selección natural, que da cuenta de la sorprendente diversidad y complejidad de la vida en la Tierra. El mundo natural está repleto de catástrofes, desastres, imperfecciones, disfunciones, sufrimientoy crueldad. ¿Cómo podríamos atribuir toda esta miseria, crueldad y destrucción a un Diseñador divino? Ayala, como creyente, no puede hacerlo. Para él, estas calamidades son más bien una consecuencia de los torpes caminos que aparecen en el transcurrir evolutivo.
Este libro abre una puerta a la fascinante historia de la ciencia, desde una perspectiva abierta a la posibilidad de la trascendencia humana. Todo un canto a entender la evolución no como un desafío a la fe, sino como un regalo que embellece nuestra comprensión del mundo natural y espiritual.
Si estás en la búsqueda de una lectura que desafíe tus puntos de vista y te motive a contemplar la ciencia y la religión con una nueva mirada, «El regalo de Darwin a la ciencia y a la religión» merece un lugar destacado en tu selección de libros imprescindibles.