- Precio rebajado
Creo en el Espíritu Santo
Pneumatología narrativa
Las condiciones actuales, las exigencias de los últimos cincuenta años, la profundización doctrinal, nos han conducido a realidades nuevas... No es que haya cambiado el Evangelio: somos nosotros los que hemos empezado a comprenderlo mejor... Quien, como yo, ha tenido la suerte de una vida larga...y se ha encontrado en el cruce de diversas culturas y tradiciones, sabe que ha llegado el momento de discernir los signos de los tiempos y aferrarse a la oportunidad de mirar hacia adelante. Desde que Juan XXIII escribió estas palabras, hace ya treinta años, han seguido ocurriendo muchas cosas en la Iglesia y en el mundo, y no todas en la línea que abrió y soñó esperanzada...
Gastos de envío (Estados Unidos)
DHL (Internacional): 30,00 €
Con seguimiento de pedido.
Ficha técnica
- Año de publicación 1997
- Editorial SalTerrae
- Edición 0
- Número 78 Presencia Teológica
- Páginas 0 Págs.
- ISBN 978-84-293-1131-0
- Encuadernación Rústica
Las condiciones actuales, las exigencias de los últimos cincuenta años, la profundización doctrinal, nos han conducido a realidades nuevas... No es que haya cambiado el Evangelio: somos nosotros los que hemos empezado a comprenderlo mejor... Quien, como yo, ha tenido la suerte de una vida larga...y se ha encontrado en el cruce de diversas culturas y tradiciones, sabe que ha llegado el momento de discernir los signos de los tiempos y aferrarse a la oportunidad de mirar hacia adelante. Desde que Juan XXIII escribió estas palabras, hace ya treinta años, han seguido ocurriendo muchas cosas en la Iglesia y en el mundo, y no todas en la línea que abrió y soñó esperanzadamente aquel gran papa. Nuevas crisis e interrogantes, en estos tiempos de invierno social y eclesial, nos mueven hoy a reflexionar sobre los caminos recorridos, discernir lo que hoy acontece, mirar a lo lejos y actuar cimentando futuro, sin dejarnos paralizar por las resistencias del presente. El creyente sabe que nada de eso es verdaderamente posible si no es sumándose a la presencia amorosa y clamorosa del Espíritu y secundando activamente su labor creadora y regeneradora, que nos supera a todos, incluida la Iglesia.