• Precio rebajado
 «¡Ha resucitado!» Para leer los evangelios de la resurrección

«¡Ha resucitado!»

Para leer los evangelios de la resurrección

La resurrección es el corazón de la fe cristiana. Y, sin embargo, no es un misterio fácil de creer ni de aceptar. No lo es porque contradice radicalmente la persuasión, más o menos declarada, que alberga el corazón de todo ser humano: la muerte no tiene remedio. Ni siquiera la del hombre bueno por excelencia, Jesús de Nazaret. Al final, también él terminó en una cruz y en el sepulcro. Así lo piensan muy a menudo creyentes y no creyentes. A esta percepción, antigua y contemporánea al mismo tiempo, se opone el anuncio inesperado de los primeros discípulos: «¡Hemos visto al Señor resucitado! ¡Está vivo!». De esta experiencia nació la Iglesia y su actividad evangelizadora. «¡Jesús ha resucitado y está vivo!»... y si está vivo, se le puede encontrar hoy. Pero ¿dónde? ¿Y cómo es posible realizar esta experiencia? Los Evangelios nos lo indican, dibujando una especie de mapa para interpretar las dificultades y las resistencias que velan nuestros ojos y nuestro corazón y que, como les sucedió a aquellos dos discípulos que iban camino de Emaús, nos impiden descubrirlo presente a nuestro lado.

16,06 €
16,90 €
-5%
Impuestos incluidos
16,06 €
16,90 €
-5%
Cantidad
Cantidad

Gastos de envío (Estados Unidos)

DHL (Internacional): 30,00 €

Con seguimiento de pedido.

Pagos 100% seguros

Ficha técnica

  • Año de publicación 2012
  • Editorial SalTerrae
  • Edición 1
  • Número 96 Pastoral
  • Páginas 136 Págs.
  • ISBN 978-84-293-1984-2
  • Encuadernación Rústica

La resurrección es el corazón de la fe cristiana. Y, sin embargo, no es un misterio fácil de creer ni de aceptar. No lo es porque contradice radicalmente la persuasión, más o menos declarada, que alberga el corazón de todo ser humano: la muerte no tiene remedio. Ni siquiera la del hombre bueno por excelencia, Jesús de Nazaret. Al final, también él terminó en una cruz y en el sepulcro. Así lo piensan muy a menudo creyentes y no creyentes. A esta percepción, antigua y contemporánea al mismo tiempo, se opone el anuncio inesperado de los primeros discípulos: «¡Hemos visto al Señor resucitado! ¡Está vivo!». De esta experiencia nació la Iglesia y su actividad evangelizadora. «¡Jesús ha resucitado y está vivo!»... y si está vivo, se le puede encontrar hoy. Pero ¿dónde? ¿Y cómo es posible realizar esta experiencia? Los Evangelios nos lo indican, dibujando una especie de mapa para interpretar las dificultades y las resistencias que velan nuestros ojos y nuestro corazón y que, como les sucedió a aquellos dos discípulos que iban camino de Emaús, nos impiden descubrirlo presente a nuestro lado.