Cuaresma

La Cuaresma es un tiempo de preparación en el que estamos llamados a transformarnos de verdad. Y para ello, tenemos que ser conscientes de que nos sometemos a un ejercicio quirúrgico de claridad en el alma. Sobran excusas, sobran distracciones y, sobre todo, sobra ruido. Si lo esencial no cabe en el corazón, es porque está atestado de cosas que no son importantes. Y cuando todo importa, nada pesa de verdad. Por eso, se trata de hacer sitio en el corazón. Por eso, el desierto es siempre una imagen cuaresmal que evoca el espacio casi infinito donde el alma encuentra ese hueco.

Pero hacer sitio no es solo renunciar a cosas. Es afilar la mirada, distinguir lo necesario de lo superfluo y elegir qué merece quedarse. Quien atraviesa estas semanas con autenticidad no se limita a renunciar a placeres, sino que aprende a mirar con más hondura. De alguna forma, es un ajuste de cuentas con uno mismo.

Algunos libros encajan con este tiempo sin haber sido pensados para él. Porque hablan de búsquedas inciertas, de silencios fértiles, de fe sin artificios. O sencillamente porque plantean historias que incomodan porque no permiten refugiarse en lo previsible. Lecturas que animan a parar, a escuchar con más atención, a reconocer en sus páginas las preguntas que uno mismo evita.

Leer “en clave de Cuaresma”, de alguna forma, es exponerse. Es dejarse erosionar por el Evangelio y sacudir por la historia de quien vivió la pérdida, el vacío o la duda, y encontró en medio de todo eso un sentido. Es un modo de orar sin fórmulas ya gastadas, permitir que lo leído despierte lo dormido y abra camino a lo que vendrá. Porque lo que viene después no es cualquier cosa. De hecho, es un desenlace demasiado grande para corazones saturados por lo inmediato. Y si no dejamos hueco, pasa de largo.

Aquí te proponemos varios libros para dejarte transformar. También, “en clave de Cuaresma”.

Para quienes saben que hay muchas formas de tener sed, pero solo una fuente capaz de calmarla de verdad.