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Antología griega del bachiller

Creo en Dios Padre

El Dios de Jesús como afirmación plena del hombre

Dios rico, hombre pobre: Dios todo, hombre nada. Tal es la tremenda sospecha que, desde Feuerbach y Niestzsche, envenena las relaciones entre la Modernidad y el Cristianismo. Dialogar con esta sospecha y dejarse interrogar por ella acerca de nuestras deformaciones históricas en la piedad individual, en la teología oficial o en el secuestro burgués del Evangelio: interrogar, a su vez, a esa sospecha, confrontándola con la experiencia cristiana original y poniendo al descubierto sus profundos malentendidos: tal es el propósito principal de este libro. Para ello, sin tópicos menosprecios del "Dios de los filósofos", se acude, ante todo, al Dios de Jesús. Al Dios que en Jesús de Nazaret se muestra como salvación incondicional que afirma al hombre en su más profunda autonomía: que defiende sin ambigüedades al pobre: que, como el "Anti-mal", está siempre del lado del hombre y en contra del sufrimiento y la desgracia. Al Dios que es el sentido y la alegría profunda de la existencia de aquel que lo descubre o entre-descubre.

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Ficha técnica

  • Temática Diccionarios, guías y otros
  • Año de publicación 2001
  • Editorial SalTerrae
  • Edición 5
  • Número 34
  • Páginas 192 Págs.
  • ISBN 978-84-293-0960-7
  • Encuadernación Rústica
  • Idioma Español

Dios rico, hombre pobre: Dios todo, hombre nada. Tal es la tremenda sospecha que, desde Feuerbach y Niestzsche, envenena las relaciones entre la Modernidad y el Cristianismo. Dialogar con esta sospecha y dejarse interrogar por ella acerca de nuestras deformaciones históricas en la piedad individual, en la teología oficial o en el secuestro burgués del Evangelio: interrogar, a su vez, a esa sospecha, confrontándola con la experiencia cristiana original y poniendo al descubierto sus profundos malentendidos: tal es el propósito principal de este libro. Para ello, sin tópicos menosprecios del "Dios de los filósofos", se acude, ante todo, al Dios de Jesús. Al Dios que en Jesús de Nazaret se muestra como salvación incondicional que afirma al hombre en su más profunda autonomía: que defiende sin ambigüedades al pobre: que, como el "Anti-mal", está siempre del lado del hombre y en contra del sufrimiento y la desgracia. Al Dios que es el sentido y la alegría profunda de la existencia de aquel que lo descubre o entre-descubre.