La ética Cristiana: ¿fe o razón?

La ética Cristiana: ¿fe o razón?

La tarea de hacer presente en nuestro mundo un mensaje ético se ha hecho cada vez más difícil. No basta con limitarse a repetir lo mismo de siempre, si no se quiere hacer de la moral un objeto de museo o algo extraño y ajeno a los intereses del hombre actual.

0,00 €
0,00 €
Cantidad
Cantidad
No hay suficientes productos en stock

Gastos de envío (Estados Unidos)

DHL (Internacional): 20,00 €

Entre 2 y 3 días hábiles. Con seguimiento de pedido.

Pagos 100% seguros

Ficha técnica

  • Editorial SalTerrae
  • Número 4
  • ISBN 978-84-293-0824-2
  • Formato 16x23
  • Encuadernación Grapado

Es necesario que, entre las diferentes ofertas que se presentan dentro del pluralismo reinante, el "ethos" cristiano aparezca como profundamente humano y racional. La renuncia a este esfuerzo de fundamentación llevaría a una pérdida de credibilidad y de estima por parte del hombre moderno. Pero tampoco puede acomodarse a las costumbres imperantes o a las opiniones de moda, perdiendo su función orientadora y profética. La verdad y el bien no se descubren por votación democrática. Y una visión cristiana, sin abandonar nunca su racionalidad, debería ser siempre lo suficientemente lúcida para convertirse en conciencia crítica de la sociedad, junto al testimonio de otros que se han dejado iluminar por los mismos valores.

Hasta hace poco, se le había dado una primacía a la fe, despertando en los fieles la confianza para la aceptación de la moral por motivos religiosos. Sin duda, su revitalización ayudaría mucho al discernimiento ético. Pero hoy habría que insistir con mayor énfasis en la urgencia de su explicación racional. La ética cristiana debería rezumar humanismo y comunicabilidad se quiere ser comprensible, sabiendo que, cuando se alcanza este objetivo o se trabaja por obtenerlo, no sólo facilitamos su aceptación al hombre sin fe, que no admite otras justificaciones, sino que, además, también el creyente lo necesita para superar conductas infantiles, que tanto desprestigio provocan, y alcanzar el nivel de autonomía indispensable para un cristianismo auténtico.