
San Ignacio de Loyola
Su nombre familiar era Iñigo López de Loyola, pero decidió cambiarlo por el latinizado Ignacio cuando estudiaba en París. Su historia es la de un hombre cuyo único afán era descubrir la voluntad de Dios y cumplirla. Durante su juventud tuvo otros planes, persiguió honores y gloria, pero uno a uno se le fueron cerrando los caminos con los que soñó. A través de sus fracasos, derrotas y heridas fue como Dios entró en su vida. Poco a poco aprendió a dejarse guiar y a mantener siempre viva en su corazón la pregunta: ¿qué quieres ahora de mí Señor? Y el Señor le llevó casi siempre por donde él no esperaba.