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Este libro habla de Dios Padre a partir de la nostalgia y la búsqueda de su rostro, que puede hallarse en diversos escenarios de nuestro presente: los del corazón, que llevan del sentido de angustia presente en muchos hacia el encuentro con el abrazo protector de quien, amándonos, nos libera del miedo; los escenarios del tiempo, en los que, dada la emancipación de toda dependencia, real o imaginaria, se ha construido de hecho una sociedad sin padres que, sin embargo, no ha resultado ser tan libre y liberadora como nos habían prometido o habíamos soñado; y, en fin, el horizonte de lo eterno, a cuya luz la vida aparece como una especie de peregrinación hacia el Padre-Madre que acoge en el amor para siempre.
La pluralidad de consecuencias y de exigencias personales y comunitarias que presenta la fe en Dios Padre, que acoge a todos en el amor, muestra la universalidad de la llamada a celebrar su primacía en la vida y en la historia, tal como nos enseñó a hacerlo el Hijo eterno venido en la carne.
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Ficha técnica
Este libro habla de Dios Padre a partir de la nostalgia y la búsqueda de su rostro, que puede hallarse en diversos escenarios de nuestro presente: los del corazón, que llevan del sentido de angustia presente en muchos hacia el encuentro con el abrazo protector de quien, amándonos, nos libera del miedo; los escenarios del tiempo, en los que, dada la emancipación de toda dependencia, real o imaginaria, se ha construido de hecho una sociedad sin padres que, sin embargo, no ha resultado ser tan libre y liberadora como nos habían prometido o habíamos soñado; y, en fin, el horizonte de lo eterno, a cuya luz la vida aparece como una especie de peregrinación hacia el Padre-Madre que acoge en el amor para siempre.
La pluralidad de consecuencias y de exigencias personales y comunitarias que presenta la fe en Dios Padre, que acoge a todos en el amor, muestra la universalidad de la llamada a celebrar su primacía en la vida y en la historia, tal como nos enseñó a hacerlo el Hijo eterno venido en la carne.